Y, efectivamente, el sabio respondía, una tras otra, a todas sus preguntas, de modo admirable.
Un día ambas pequeñas, iban caminando por el bosque, cuando vieron una hermosa mariposa y una de ellas tuvo una idea. Con gran cuidado logró agarrarla sin hacerle daño. Y comentó a su hermana: "Voy a ponerle una trampa a nuestro sabio profesor. Llevaré esta mariposa en mi mano, detrás de la espalda y le preguntaré: Aquí tengo una mariposa, ¿Está viva o muerta? Si me responde que muertra, abriré la mano y la soltaré para que vuele; y si dice que está viva, la aplastaré y verá que se ha equivocado".
Intentando contener una sonrisa y con un especial latido de sus corazones, las dos niñas fueron al encuentro del sabio que estaba meditando, una de ellas le preguntó:
"En una mano tengo una mariposa. ¿Está viva o muerta?
El sabió sonrió tranquilamente y contestó:
"Depende de ti. Su vida está en tus manos".
Pilar
¿Nunca ha dependido de ti la vida de otros?
¿Cómo conduces?
¿Auxilias, hieres, destrozas a quien está cerca de ti...?
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