lunes, 7 de julio de 2008

La Rosa Y El Sapo


Había una vez una rosa roja preciosa. ¡Qué maravilla saber que eres la más bella del jardín. Sin embargo. se daba cuenta de algo: la gente no se acercaba a verla y a olerla. La contemplaba de llejos.
Un día se fijó en que junto a ella estaba siempre un sapo grande y oscuro. Por eso no se acercaba nadie.
Indignada ante el descubrimiento, ordenó al sapo a que se alejase de inmediato: el sapo obedeció:"Está bien, si así lo quieres me iré".
No muchos días después, el sapo pasó por donde estaba la rosa y se sorprendió al verla totalmente marchita, sin hojas ni pétalos. Se acercó y dijo: "Qué pena! ¿Qué te ha pasado?" La rosa respondió:" Desde que tu te fuiestes, las hormigas me han ido comiendo día a día, y ya nunca podré ser igual que antes".
El sapo sólo le dijo:"Pues claro, cuando estaba yo aquí comía esas hormigas y por eso eras siempre la rosa más hermosa del jardían".
A menudo despreciamos a otros por creer que somos mejores, más hermosos... o que simplemente, no nos sirven para nada. Pero Dios no ha hecho nada "que sobre". Toda la creación tiene importancia. Y, en especial, todos los hombres tenemos un papel que cumplir. No debemos despreciar a nadie: tal vez esa persona nos está haciendo un bien del que ni siquiera somos conscientes.
Anónimo.

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